La Carta de la Tierra es una declaración de principios éticos fundamentales para la construcción de una sociedad global justa, sostenible y pacífica en el Siglo XXI. La Carta busca inspirar en todos las personas un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad compartida para el bienestar de toda la familia humana, de la gran comunidad de vida y de las futuras generaciones. La Carta es una visión de esperanza y un llamado a la acción.
Introducción
¿Qué es la Carta de la Tierra? La Carta de la Tierra es una declaración
de principios éticos fundamentales para la construcción de una sociedad global
justa, sostenible y pacífica en el Siglo XXI. La Carta busca inspirar en todos
las personas un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad
compartida para el bienestar de toda la familia humana, de la gran comunidad de
vida y de las futuras generaciones. La Carta es una visión de esperanza y un
llamado a la acción.
La Carta de la Tierra se preocupa especialmente por la transición
hacia estilos de vida sostenibles y el desarrollo humano sostenible. La
integridad ecológica es uno de sus temas principales. Sin embargo, la Carta
reconoce que los objetivos de la protección ecológica, la erradicación de la
pobreza, el desarrollo económico equitativo, el respecto a los derechos
humanos, la democracia y la paz son interdependientes e indivisibles. Por
consiguiente, el documento ofrece un nuevo marco ético integral inclusivo para
guiar la transición hacia un futuro sostenible.
La Carta es el producto de un diálogo intercultural que se llevó a
cabo durante una década a nivel mundial en torno a diversos objetivos en común
y valores compartidos. El proyecto de la Carta de la Tierra comenzó como una
iniciativa de las Naciones Unidas, pero se desarrolló y finalizó como una
iniciativa de la sociedad civil. En el año 2000, se concluyó el documento y la
Comisión de la Carta de la Tierra, una entidad internacional independiente, la
dio a conocer públicamente como una carta de los pueblos, durante una ceremonia
el 29 de junio en el Palacio de Paz, en la Haya, Holanda.
La redacción de la Carta de la Tierra abarcó el proceso más
inclusivo y participativo que se haya efectuado jamás en torno a la creación de
una declaración internacional. Este proceso es precisamente la fuente de su
legitimidad como marco ético rector. La legitimidad del documento se ha
fortalecido aún más mediante el respaldo obtenido de más de 6,000
organizaciones, lo que incluye a diversos organismos gubernamentales e
internacionales.
A la luz de esta legitimidad, una creciente cantidad de juristas
internacionales reconoce que la Carta de la Tierra está adquiriendo un estatus
de documento de ley blanda. Se considera que este tipo de documentos, tal como
la Declaración Universal de Derechos Humanos, son moralmente vinculantes,
aunque no en el plano jurídico, para los gobiernos estatales que aceptan
avalarlos y adoptarlos. Por lo general, estos documentos establecen la base
para el desarrollo de una ley vinculante.
En un momento en que se necesita con urgencia cambios importantes en
la forma en que pensamos y vivimos, la Carta de la Tierra nos desafía a
examinar nuestros valores y a escoger un rumbo mejor. En un momento en que la
educación para el desarrollo sostenible se ha transformado en un elemento
esencial, la Carta de la Tierra ofrece un instrumento educativo muy valioso. En
un momento en que se necesitan cada vez más las alianzas internacionales de
trabajo, la Carta de la Tierra nos exhorta a buscar aspectos en común en medio
de nuestra diversidad y a adoptar una ética global que comparte una creciente
cantidad de personas en todo el mundo
Misión
La misión de la Iniciativa de
la Carta de la Tierra es participar activamente, de forma sistémica e
integrada, en la presente transición hacia estilos de vida sostenibles, fundada
en un marco ético compartido que incluye el respeto y el cuidado de la
comunidad de vida, la integridad ecológica, los derechos humanos universales,
el respeto a la diversidad, la justicia económica, la democracia y una cultura
de paz.
Visión
Vislumbramos a todas las
personas y organizaciones, incluyendo a la Asamblea General y a las Agencias de
las Naciones Unidas, reconociendo e internalizando la esencia de la visión de
la Carta de la Tierra, inculcando sus valores y principios en los esfuerzos de
trabajo colaborativo para construir sociedades justas, sostenibles y pacíficas
a través del mundo.
Metas
1. Incrementar el grado de
consciencia en todo el mundo sobre la Carta de la Tierra y promover la
comprensión de su visión ética inclusiva.
2. Buscar el reconocimiento y el aval a la Carta de la Tierra por
parte de las personas, organizaciones y las Naciones Unidas.
3. Promover el uso de la Carta de la Tierra como una guía ética y la
implementación de sus principios por parte de la sociedad civil, los negocios y
los gobiernos.
4. Impulsar y apoyar el uso educativo de la Carta de la Tierra en
escuelas, universidades, comunidades religiosas, comunidades locales y muchos
otros entornos.
5. Promover el reconocimiento y el uso de la Carta de la Tierra como
un documento de ley blanda.
Breve historia y antecedentes de la Iniciativa de la Carta de la Tierra
En 1987 la Comisión Mundial
sobre Ambiente y Desarrollo («La Comisión Bruntland») lanzó el Informe Nuestro
Futuro Común con un llamado a la necesidad de una «nueva carta/declaración
universal» para establecer «nuevas normas» y guiar la transición hacia el
desarrollo sostenible. (Nuestro Futuro Común, 1987).
Discusiones acerca de una Carta de la Tierra se dieron durante el
proceso que llevó a La Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, pero el
momento no era el adecuado para esta declaración. La Declaración de Río se
convirtió en la manifiesto de consenso viable en aquel momento.
En 1994, Maurice Strong (Secretario General de la Cumbre de la
Tierra) y Mikhail Gorbachev, trabajaron a través de organizaciones que ellos
mismos fundaron (el Consejo de la Tierra y Cruz Verde Internacional,
respectivamente), y lanzaron una iniciativa con el apoyo del Gobierno holandés
para desarrollar una Carta de la Tierra como una iniciativa de la sociedad
civil. Los procesos iniciales de redacción y consulta se basaron en cientos de
documentos internacionales.
Una Comisión independiente de la Carta de la Tierra fue formada
en1987, con el propósito de supervisar desarrollo del texto, analizar los
resultados del proceso de consulta mundial y llegar a un acuerdo sobre un
documento de consenso global.
En marzo de 1997 en el Foro de Rio+5, un primer borrador de la Carta
de la Tierra fue lanzado como «un documento en progreso». Procesos de consulta
internacional continuaron a ser estimulados.
En abril de 1999 un segundo borrador de la Carta de la Tierra fue
lanzado y el proceso de consulta continuó particularmente a través de comités
nacionales de la Carta de la Tierra y diálogos internacionales.
Después de varios borradores y luego de considerar las
contribuciones de personas de todas las regiones del mundo, la Comisión de la Carta
de la Tierra llegó a un consenso en marzo de 2000 en una reunión celebrada en
las oficinas centrales de UNESCO en París.
El lanzamiento de la Carta de la Tierra se llevó a cabo el 29 de
junio del 2000, durante una ceremonia en el Palacio de la Paz en La Haya.
Durante los siguientes cinco años, una campaña de apoyo atrajo a más
de 2,000 organizaciones que avalaron la Carta, representando a millones de
personas, incluyendo a muchas asociaciones nacionales e internacionales y
eventualmente a instituciones globales como UNESCO y UICN – La Unión Mundial
para la Conservación. Muchos miles de individuos también avalaron la Carta de
la Tierra.
Los esfuerzos para obtener el reconocimiento formal de la Carta de
la Tierra en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo
en el 2002, estuvieron muy cerca del éxito y dieron como resultado numerosas
declaraciones públicas de apoyo por parte de líderes mundiales y jefes de
estado.
La Carta de la Tierra es reconocida más y más como una declaración
de consenso global que brinda un marco sobre el significado de la
sustentabilidad, el reto y la visión del desarrollo sostenible y los principios
por medio de los cuales el desarrollo sostenible ha de ser alcanzado. Es
utilizada como base para negociaciones de paz, como documento de referencia en
el desarrollo de estándares globales y códigos de ética, como recurso en
procesos legislativos y de gobernabilidad, como herramienta de desarrollo
comunitario, como marco educativo para el desarrollo sostenible y en muchos
otros contextos. La Carta fue además una influencia importante en el Plan de
Implementación de UNESCO para la Década de Educación para el Desarrollo
Sostenible.
Historia de la Iniciativa de la Carta de la Tierra
En 1987 la Comisión Mundial de
Medio Ambiente y Desarrollo (conocida como ¨la Comisión Brundtland¨) lanzó el
Informe Nuestro Futuro Común haciendo un llamado a crear ¨una nueva carta¨ para
establecer ¨nuevas normas¨ que guiaran la transición hacia el desarrollo
sostenible.
En el proceso que llevó al proceso de la Cumbre de la Tierra
celebrada en Río de Janeiro en 1992 se discutió la posibilidad de crear una
Carta de la Tierra, sin embargo, el momento para tal declaración no era el
correcto para ese entonces. La Declaración de Río se convirtió en la
declaración del consenso logrado en ese momento.
En 1994, Maurice Strong (Secretario General de la Cumbre de Río) y
Mikhail Gorbachev, trabajando a través de las organizaciones que ellos mismos
fundaron (el Consejo de la Tierra y Green Cross International) lanzaron una
iniciativa (con el apoyo del gobierno del Reino los Países Bajos) para
desarrollar una Carta de la Tierra como una iniciativa de la sociedad civil. La
redacción inicial y el proceso de consulta recogieron cientos de documentos
internacionales.
Se formó una Comisión de la Carta de la Tierra independiente en el
año 1997 con el fin de supervisar el desarrollo del texto, de analizar el
resultado de un proceso de consulta global y de lograr un acuerdo de consenso
global sobre el documento.
En marzo de 1997 en el Foro Río+5, un primer Borrador de Referencia
de la Carta de la Tierra fue lanzado como un ¨documento en proceso¨. Se
promovieron y organizaron consultas internacionales constantes. Puede encontrar
aquí información sobre ¨ ¿Qué dio forma a la Carta de la Tierra?¨.
En abril del año 1999 el Borrador de Referencia II de la Carta de la
Tierra fue lanzado y las consultas internacionales continúan a través de los
Comités Nacionales de la Carta de la Tierra y de diálogos internacionales.
Luego de numerosos borradores y de considerar el aporte de personas
de todas las regiones del mundo, la Comisión de la Carta de la Tierra logró un
consenso sobre la Carta de la Tierra en marzo del 2000, en una reunión que se
llevó a cabo en la sede de UNESCO en París. La Carta de la Tierra luego fue
lanzada formalmente en ceremonias en el Palacio de Paz en La Haya.
Durante los siguientes cinco años, una campaña formal de aval atrajo
a más de dos mil avales de organizaciones, representando a millones de
personas, incluyendo numerosas asociaciones nacionales e internacionales y
finalmente atrayendo a instituciones globales como UNESCO y UICN – La Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Miles de individuos
también avalaron la Carta de la Tierra.
Los esfuerzos para que la Carta de la Tierra fuera reconocida
formalmente en la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo en
el 2002 estuvieron muy cercanos a ser exitosos, resultando en numerosas
declaraciones de apoyo públicas de diversos líderes mundiales y jefes de
estados.
La Carta de la Tierra ahora es
ampliamente reconocida como declaración de consenso global sobre el significado
de la sostenibilidad, el desafío y visión del desarrollo sostenible y de los
principios sobre los cuales el desarrollo sostenible debe ser alcanzado. Es
utilizada como base en las negociaciones de paz, como documento de referencia
en el desarrollo de estándares globales de códigos y ética, como recurso en
procesos legislativos y de gobernanza, como herramienta para el desarrollo de
las comunidades, como marco educativo para el desarrollo sostenible y en muchos
otros contextos. La Carta también fue una influencia importante en el Plan de
Implementación de UNESCO de la Década de la Educación para el Desarrollo
Sostenible.
La Carta de la Tierra
PREÁMBULO
Estamos en un momento crítico
de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A
medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro
depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante,
debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas
de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un
destino común.
Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en
el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia
económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que
nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos
hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones
futuras.
La Tierra, nuestro hogar
La humanidad es parte de un
vasto universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una comunidad
singular de vida. Las fuerzas de la naturaleza promueven a que la existencia
sea una aventura exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las
condiciones esenciales para la evolución de la vida. La capacidad de
recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de
la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos,
una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire
limpio. El medio ambiente global, con sus recursos finitos, es una preocupación
común para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la
belleza de la Tierra es un deber sagrado.
La situación global
Los patrones dominantes de
producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos
y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas.
Los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre
ricos y pobres se está ensanchando.
La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos
se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento
sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos
y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados.
Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.
Los retos venideros
La elección es nuestra: formar
una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o
arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida.
Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas
de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades
básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener
más.
Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a
todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimento
de una sociedad civil global, está creando nuevas oportunidades para construir
un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos,
políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos
proponer y concretar soluciones comprensivas.
Responsabilidad Universal
Para llevar a cabo estas
aspiraciones, debemos tomar la decisión de vivir de acuerdo con un sentido de
responsabilidad universal, identificándonos con toda la comunidad terrestre, al
igual que con nuestras comunidades locales. Somos ciudadanos de diferentes
naciones y de un solo mundo al mismo tiempo, en donde los ámbitos local y
global, se encuentran estrechamente vinculados. Todos compartimos una
responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia humana y del
mundo viviente en su amplitud. El espíritu de solidaridad humana y de afinidad
con toda la vida se fortalece cuando vivimos con reverencia ante el misterio
del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al
lugar que ocupa el ser humano en la naturaleza. Necesitamos urgentemente una
visión compartida sobre los valores básicos que brinden un fundamento ético
para la comunidad mundial emergente. Por lo tanto, juntos y con una gran
esperanza, afirmamos los siguientes principios interdependientes, para una
forma de vida sostenible, como un fundamento común mediante el cual se deberá
guiar y valorar la conducta de las personas, organizaciones, empresas,
gobiernos e instituciones transnacionales.
PRINCIPIOSI. RESPETO Y CUIDAD O DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA1. Respetar la
Tierra y la vida en toda su diversidad
a. Reconocer que todos los seres
son interdependientes y que toda forma de vida independientemente de su
utilidad, tiene valor para los seres humanos.
b. Afirmar la fe en la
dignidad inherente a todos los seres humanos y en el potencial intelectual,
artístico, ético y espiritual de la humanidad.
2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor. a. Aceptar que el derecho a poseer,
administrar y utilizar los recursos naturales conduce hacia el deber de
prevenir daños ambientales y proteger los derechos de las personas.
b. Afirmar, que a mayor
libertad, conocimiento y poder, se presenta una correspondiente responsabilidad
por promover el bien común.
3. Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas,
sostenibles y pacíficas
a. Asegurar que las comunidades,
a todo nivel, garanticen los derechos humanos y las libertades fundamentales y
brinden a todos la oportunidad de desarrollar su pleno potencial.
b. Promover la justicia
social y económica, posibilitando que todos alcancen un modo de vida seguro y
digno, pero ecológicamente responsable.
4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para
las generaciones presentes y futuras.
a. Reconocer que la libertad de
acción de cada generación se encuentra condicionada por las necesidades de las generaciones
futuras.
b. Transmitir a las
futuras generaciones valores, tradiciones e instituciones, que apoyen la
prosperidad a largo plazo, de las comunidades humanas y ecológicas de la
Tierra. Para poder realizar estos cuatro compromisos generales, es necesario:
II. INTEGRIDAD ECOLÓGICA
5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la
Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos
naturales que sustentan la vida.
a. Adoptar, a todo nivel, planes
de desarrollo sostenible y regulaciones que permitan incluir la conservación y
la rehabilitación ambientales, como parte integral de todas las iniciativas de
desarrollo.
b. Establecer y
salvaguardar reservas viables para la naturaleza y la biosfera, incluyendo
tierras silvestres y áreas marinas, de modo que tiendan a proteger los sistemas
de soporte a la vida de la Tierra, para mantener la biodiversidad y preservar
nuestra herencia natural.
c. Promover la
recuperación de especies y ecosistemas en peligro.
d. Controlar y erradicar
los organismos exógenos o genéticamente modificados, que sean dañinos para las
especies autóctonas y el medio ambiente; y además, prevenir la introducción de
tales organismos dañinos.
e. Manejar el uso de
recursos renovables como el agua, la tierra, los productos forestales y la vida
marina, de manera que no se excedan las posibilidades de regeneración y se
proteja la salud de los ecosistemas.
f. Manejar la extracción
y el uso de los recursos no renovables, tales como minerales y combustibles
fósiles, de forma que se minimice su agotamiento y no se causen serios daños
ambientales.
6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y cuando el
conocimiento sea limitado, proceder con precaución. a. Tomar medidas para evitar la posibilidad de daños ambientales
graves o irreversibles, aun cuando el conocimiento científico sea incompleto o
inconcluso.
b. Imponer las pruebas
respectivas y hacer que las partes responsables asuman las consecuencias de
reparar el daño ambiental, principalmente para quienes argumenten que una
actividad propuesta no causará ningún daño significativo.
c. Asegurar que la toma
de decisiones contemple las consecuencias acumulativas, a largo término,
indirectas, de larga distancia y globales de las actividades humanas.
d. Prevenir la
contaminación de cualquier parte del medio ambiente y no permitir la
acumulación de sustancias radioactivas, tóxicas u otras sustancias peligrosas.
e. Evitar actividades
militares que dañen el medio ambiente.
7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que
salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y
el bienestar comunitario.
a. Reducir, reutilizar y
reciclar los materiales usados en los sistemas de producción y consumo y
asegurar que los desechos residuales puedan ser asimilados por los sistemas
ecológicos.
b. Actuar con moderación
y eficiencia al utilizar energía y tratar de depender cada vez más de los
recursos de energía renovables, tales como la solar y eólica.
c. Promover el
desarrollo, la adopción y la transferencia equitativa de tecnologías
ambientalmente sanas.
d. Internalizar los
costos ambientales y sociales totales de bienes y servicios en su precio de
venta y posibilitar que los consumidores puedan identificar productos que
cumplan con las más altas normas sociales y ambientales.
e. Asegurar el acceso
universal al cuidado de la salud que fomente la salud reproductiva y la
reproducción responsable.
f. Adoptar formas de vida
que pongan énfasis en la calidad de vida y en la suficiencia material en un
mundo finito.
8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el
intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido a. Apoyar la cooperación internacional
científica y técnica sobre sostenibilidad, con especial atención a las
necesidades de las naciones en desarrollo.
b. Reconocer y preservar
el conocimiento tradicional y la sabiduría espiritual en todas las culturas que
contribuyen a la protección ambiental y al bienestar humano.
c. Asegurar que la
información de vital importancia para la salud humana y la protección
ambiental, incluyendo la información genética, esté disponible en el dominio
público.
III. JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA9. Erradicar la pobreza como un
imperativo ético, social y ambiental
a. Garantizar el derecho al agua
potable, al aire limpio, a la seguridad alimenticia, a la tierra no
contaminada, a una vivienda y a un saneamiento seguro, asignando los recursos
nacionales e internacionales requeridos.
b. Habilitar a todos los
seres humanos con la educación y con los recursos requeridos para que alcancen
un modo de vida sostenible y proveer la seguridad social y las redes de apoyo
requeridos para quienes no puedan mantenerse por sí mismos.
c. Reconocer a los
ignorados, proteger a los vulnerables, servir a aquellos que sufren y
posibilitar el desarrollo de sus capacidades y perseguir sus aspiraciones.
10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo
nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible.
a. Promover la distribución
equitativa de la riqueza dentro de las naciones y entre ellas.
b. Intensificar los
recursos intelectuales, financieros, técnicos y sociales de las naciones en
desarrollo y liberarlas de onerosas deudas internacionales.
c. Asegurar que todo
comercio apoye el uso sostenible de los recursos, la protección ambiental y las
normas laborales progresivas.d. Involucrar e informar a las corporaciones
multinacionales y a los organismos financieros internacionales para que actúen
transparentemente por el bien público y exigirles responsabilidad por las
consecuencias de sus actividades.
11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el
desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado
de la salud y la oportunidad económica.
a. Asegurar los derechos humanos
de las mujeres y las niñas y terminar con toda la violencia contra ellas.
b. Promover la
participación activa de las mujeres en todos los aspectos de la vida económica,
política, cívica, social y cultural, como socias plenas e iguales en la toma de
decisiones, como líderes y como beneficiarias.
c. Fortalecer las
familias y garantizar la seguridad y la crianza amorosa de todos sus miembros.
12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno
natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar
espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las
minorías.
a. Eliminar la discriminación en
todas sus formas, tales como aquellas basadas en la raza, el color, el género,
la orientación sexual, la religión, el idioma y el origen nacional, étnico o
social.
b. Afirmar el derecho de
los pueblos indígenas a su espiritualidad, conocimientos, tierras y recursos y
a sus prácticas vinculadas a un modo de vida sostenible.
c. Honrar y apoyar a los
jóvenes de nuestras comunidades, habilitándolos para que ejerzan su papel
esencial en la creación de sociedades sostenibles.
d. Proteger y restaurar
lugares de importancia que tengan un significado cultural y espiritual.
IV. DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ13. Fortalecer las instituciones
democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de
cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones
y acceso a la justicia
a. Sostener el derecho de todos
a recibir información clara y oportuna sobre asuntos ambientales, al igual que
sobre todos los planes y actividades de desarrollo que los pueda afectar o en
los que tengan interés.
b. Apoyar la sociedad
civil local, regional y global y promover la participación significativa de
todos los individuos y organizaciones interesados en la toma de decisiones.
c. Proteger los derechos
a la libertad de opinión, expresión, reunión pacífica, asociación y disensión.
d. Instituir el acceso
efectivo y eficiente de procedimientos administrativos y judiciales
independientes, incluyendo las soluciones y compensaciones por daños
ambientales y por la amenaza de tales daños.
e. Eliminar la corrupción
en todas las instituciones públicas y privadas.
f. Fortalecer las
comunidades locales, habilitándolas para que puedan cuidar sus propios
ambientes y asignar la responsabilidad ambiental en aquellos niveles de
gobierno en donde puedan llevarse a cabo de manera más efectiva.
14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la
vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de
vida sostenible.
a. Brindar a todos,
especialmente a los niños y los jóvenes, oportunidades educativas que les
capaciten para contribuir activamente al desarrollo sostenible.
b. Promover la
contribución de las artes y de las humanidades, al igual que de las ciencias,
para la educación sobre la sostenibilidad.
c. Intensificar el papel
de los medios masivos de comunicación en la toma de conciencia sobre los retos
ecológicos y sociales.
d. Reconocer la
importancia de la educación moral y espiritual para una vida sostenible.
15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración
a. Prevenir la crueldad contra
los animales que se mantengan en las sociedades humanas y protegerlos del
sufrimiento.
b. Proteger a los
animales salvajes de métodos de caza, trampa y pesca, que les causen un sufrimiento
extremo, prolongado o evitable.c. Evitar o eliminar, hasta donde sea posible,
la toma o destrucción de especies por simple diversión, negligencia o
desconocimiento.
16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.
a. Alentar y apoyar la comprensión
mutua, la solidaridad y la cooperación entre todos los pueblos tanto dentro
como entre las naciones.
b. Implementar
estrategias amplias y comprensivas para prevenir los conflictos violentos y
utilizar la colaboración en la resolución de problemas para gestionar y
resolver conflictos ambientales y otras disputas.
c. Desmilitarizar los
sistemas nacionales de seguridad al nivel de una postura de defensa no
provocativa y emplear los recursos militares para fines pacíficos, incluyendo
la restauración ecológica.
d. Eliminar las armas
nucleares, biológicas y tóxicas y otras armas de destrucción masiva.
e. Asegurar que el uso
del espacio orbital y exterior apoye y se comprometa con la protección
ambiental y la paz.
f. Reconocer que la paz
es la integridad creada por relaciones correctas con uno mismo, otras personas,
otras culturas, otras formas de vida, la Tierra y con el todo más grande, del
cual somos parte.
EL CAMINO HACIA ADELANTE
Como nunca antes en la
historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo. Tal
renovación es la promesa de estos principios de la Carta de la Tierra. Para
cumplir esta promesa, debemos comprometernos a adoptar y promover los valores y
objetivos en ella expuestos.
El proceso requerirá un cambio de mentalidad y de corazón; requiere
también de un nuevo sentido de interdependencia global y responsabilidad
universal. Debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo
de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global. Nuestra
diversidad cultural es una herencia preciosa y las diferentes culturas
encontrarán sus propias formas para concretar lo establecido.
Debemos profundizar y ampliar el diálogo global que generó la Carta
de la Tierra, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda colaboradora
de la verdad y la sabiduría.
La vida a menudo conduce a tensiones entre valores importantes. Ello
puede implicar decisiones difíciles; sin embargo, se debe buscar la manera de
armonizar la diversidad con la unidad; el ejercicio de la libertad con el bien
común; los objetivos de corto plazo con las metas a largo plazo. Todo
individuo, familia, organización y comunidad, tiene un papel vital que cumplir.
Las artes, las ciencias, las religiones, las instituciones educativas, los
medios de comunicación, las empresas, las organizaciones no gubernamentales y
los gobiernos, están llamados a ofrecer un liderazgo creativo. La alianza entre
gobiernos, sociedad civil y empresas, es esencial para la gobernabilidad
efectiva.
Con el objeto de construir una comunidad global sostenible, las
naciones del mundo deben renovar su compromiso con las Naciones Unidas, cumplir
con sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales existentes y apoyar la
implementación de los principios de la Carta de la Tierra, por medio de un
instrumento internacional legalmente vinculante sobre medio ambiente y
desarrollo.
Que el nuestro sea un tiempo que se
recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme
resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por
la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida.